Manifiesto

En la carta de presentación de nuestra candidatura mostrábamos nuestro compromiso firme de «no participar del ruido de campañas electorales más propias de otros ámbitos que de quienes, simplemente, nos ofrecemos a servir y gobernar una Hermandad, que no es otra cosa que una gran y diversa familia». Somos una Hermandad, no una empresa, aunque haya que gestionar sus recursos económicos con criterios empresariales; ni una ONG, a pesar de que estemos convencidos de hacer esfuerzos por dar respuesta a las necesidades de quienes nos piden ayuda; ni un partido político que convierta el Cabildo de elecciones en una campaña mediática en la que ofrecer una batería de ocurrencias y productos estrella sin analizar sosegadamente las necesidades reales de la Hermandad o la viabilidad económica de los proyectos.

Nuestro proyecto es fiel al ideario con el que nació: ofrecer a los hermanos, en el contexto de fractura interna y agitación que vive nuestra querida Hermandad, no un programa plagado de propuestas sin garantías de desarrollo que busque captar el mayor número de votos, sino el sólido compromiso de trabajar por traer de vuelta a la Hermandad la paz, el diálogo y el consenso que permitan recomponer la unión y la fraternidad entre quienes la conformamos; la sensatez y el criterio que garanticen una toma de decisiones sosegada y prudente; y la elegante sencillez y naturalidad a la hora de comunicarlas y relacionarnos, que sigan permitiendo que nos sintamos orgullosos de ser macarenos. Volver, como todos ansiamos, a la Esperanza.

La Hermandad ha vivido tiempos convulsos, especialmente como consecuencia de cierta falta de prudencia, reflexión y serenidad en la toma de decisiones, acrecentada por una excesiva exposición a los medios y cierta falta de humildad y ausencia de autocrítica. Lo que ofrecemos —a lo que aspiramos— es tomar las decisiones que sean necesarias tras analizar profunda y minuciosamente el estado actual de la corporación en todos sus ámbitos, con la ayuda de personas expertas en cada campo, estudiando la viabilidad de aquellas que conlleven una carga económica, inclinándonos por las garantías de capacidad y excelencia en los casos en que se trate de depositar la confianza en miembros de la Hermandad. Igualmente, se valorarán responsablemente aquellas iniciativas y estructuras que se deban mantener o mejorar convenientemente. Por ese motivo hemos conformado una candidatura siguiendo el criterio de capacidad, conocimiento, preparación y solvencia para el oficio encomendado a cada integrante, intentando responder a las aspiraciones de renovación y aire fresco que demandan nuestros hermanos.

Devolver a la Hermandad la unión, la serenidad, la renovación y la sensatez, como camino para desarrollar sus fines, fortalecer los lazos fraternos entre todos los hermanos y traer de Vuelta a la Esperanza.

Este es nuestro proyecto, nuestra idea y nuestro concepto de Hermandad para nuestra Hermandad de la Macarena.